Cuando el Dr. Gero murió asesinado por #17, el ordenador central no quedo desactivado, sino siguió trabajando. Este trabajo consistió en crear tres nuevos androides: #13, #14 y #15; con el único motivo de destruir a Son Goku. El #13 fue el último en activarse, mientras, sus dos compañeros estaban localizando a Son Gokū. Localizado, #13 va en su busca, que estaba en las tierras de hielo. Allí se presentó a Son Gokū, quien es su único objetivo, aunque se interpuso Piccolo. Combatió de igual a igual, pero la balanza se desquilibró, cuando Son Gokū, alcanza el nivel de Super Saiyajin, junto con Vegeta y Trunks, que estaban combatiendo a los otros dos androides. Vegeta y Trunks aniquilan a sus dos adversarios, y #13 queda malherido. Rodeado y malherido, la victoria parecía cerca, pero #13 tenía un as bajo la manga. Por un dispositivo especial, fusionó los chips y baterías de sus dos compañeros caídos en él. En esta forma, su aspecto cambia radicalmente. Su color de piel cambia a un color azul, su peinado se vuelve de punta y de color naranja (como si fuera un Super Saiyajin) y sus músculos crecen, duplicando su poder. Ahora, #13 tiene el dominio del combate, dando una paliza a cada uno de los guerreros. Pero Son Gokū no se rinde, y en un intento para destruirlo comenzó a pedir energía al mundo, para formar la Genkidama. #13, intento detenerlo con ráfagas de ki, pero Vegeta, Trunks, Piccolo, Krilin y Son Gohan, evitaron que acertara en el objetivo. A cambio recibieron palizas. Con este sacrificio, Son Gokū acumuló suficiente energía para la Genkidama, pero en vez de lanzarla, se convirtió en Super Saiyajin, absorbiendo toda la energía. #13, se acercó al fin a Son Gokū, pero no pudo ni tocarle, ya que el aura era tan fuerte, que lo destruía. Son Gokū de un solo golpe, lo destruye, salvando su vida y la de los demás.
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